Todos quisiéramos vivir en un mundo perfecto en donde no existiera la delincuencia, secuestros o situaciones que no están dentro de nuestras manos; sin embargo, no es posible llevar este sueño a la realidad y un fenómeno que lo impide es el robo de vehículos, una práctica que ya se ha convertido en una actividad cotidiana en México y a la que sus ciudadanos se tienen que enfrentar todos los días.
La AMIS (Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros) publicó su más reciente reporte de robo de vehículos asegurados. En él es posible observar que el periodo en el que sucedió el mayor número de este tipo de incidentes fue entre 2010 y 2011, cuando 82,588 vehículos fueron extraídos de sus legítimos dueños; afortunadamente, la cifra anual disminuyó con el tiempo y concluyó en 62,169 en junio de 2015.
Otros datos interesantes que arroja el informe son las entidades en las que sucede el mayor número de robos. El Estado de México encabeza la lista con 19,352 automóviles arrebatados en el último año, seguido del Distrito Federal, Nuevo León, Jalisco, Chihuahua, Sinaloa, y otros estados como Baja California, Tamaulipas, Veracruz, Puebla, Coahuila y Durango. Por su parte, las marcas preferidas por los delincuentes, en orden decreciente, son Nissan, Volkswagen, Yamaha, General Motors, Honda, Ford y Seat.
La tasa de recuperación de dichos vehículos también se mantiene estable, ya que de cada 5.2 unidades robadas, se logran recuperar alrededor de la mitad. Dichas cifras son el resultado de la implementación de nuevas tecnologías en los vehículos.
El ejemplo más claro es un GPS especial que funciona como dispositivo localizador para que el dueño sepa en cualquier momento la ubicación de su automóvil (incluso desde su smartphone o tablet), además de ser de mucha utilidad para las autoridades cuando es robado, ya que hace más fácil su trabajo de búsqueda. Este aparato generalmente se instala en puntos estratégicos en el automóvil para que no pueda ser detectado por el delincuente y evitar que se extraiga.
Otra iniciativa que vale la pena mencionar es la grabación de los vidrios de los vehículos con la patente de su compañía distribuidora, la cual ayuda enormemente a identificar el automóvil en caso de que sufra modificaciones por parte de los ladrones y así hacer más fácil su encuentro al momento de ser robado.
También existen alarmas modernas que cuentan con un mecanismo que corta la corriente que va hacia la bomba de combustible para que ésta no alimente al motor; este sistema se activa y desactiva por medio de un botón que se encuentra instalado en una parte estratégica, de manera que solo uno sabe dónde se encuentra.
Finalmente, vale la pena mencionar aquellas llaves que tienen incorporado un código digital; si alguien intenta poner en marcha el motor con otras, el sistema se dará cuenta y bloqueará al vehículo. Es importante resaltar que todas estas medidas preventivas, creadas como parte de un gran esfuerzo por las propias compañías de automóviles o por terceros, no son 100% efectivas, pero ayudan a reducir en gran medida la tasa de robos y dan a sus dueños un sentimiento de tranquilidad para que no tengan que preocuparse por sus vehículos mientras realizan sus actividades cotidianas.
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