En materia de Internet, WikiLeaks se muestra como una de las amenazas más grandes para el gobierno de Obama. De hecho, recientemente el medio The Intercept reveló una orden del tribunal del distrito de Virginia solicitando el acceso a la cuenta del activista Jacob Appelbaum.
De acuerdo al medio estadounidense, luego de una batalla legal del Gobierno contra Google, finalmente pudieron acceder a la cuenta de Appelbaum, quien también es desarrollador de Tor, en búsqueda de correos electrónicos enviados entre noviembre de 2009 y principios de 2011 con el fin de encontrar direcciones de otros activistas para conocer sus direcciones IP.
Lo curioso del hecho, es que el Gobierno a pesar de la Cuarta Enmienda que protege a todo usuario de seguimientos sin "ninguna expectativa razonable de privacidad", usó una norma menor, justificando que los datos obtenidos de los registros correspondían a "material relevante" para una investigación criminal en curso.
Google trató de impugnar la demanda en varias ocasiones, finalmente sin éxito. De acuerdo a los abogados de la firma tecnológica, los registros de Appelbeum "pueden implicar la libertad periodística y académica" porque "podrían revelar sus fuentes confidenciales o información sobre las actividades periodísticas o académicas de WikiLeaks".
Sin embargo, el Departamento de Justicia de los Estados Unidos aseveró que "los periodistas no tienen ningún privilegio especial para resistir la divulgación obligada de sus registros cuando se esta actuando de mala fe", aunque sin tener ningún motivo para inculpar a Appelbaum de actuar de esta forma.
No es primera vez que el Gobierno, a través de sus distintos organismos, incluidos el FBI, busca infiltrarse en las conexiones de WikiLeaks. A principios de este año habría obtenido acceso a la cuenta de tres de sus colaboradores.