viernes, 19 de junio de 2015

Estudiantes Argentinos le Ganaron a Harvard en el Mundial de Programación


En la película Red social, el actor Jesse Eisenberg, que personifica al emprendedor Marck Zuckerberg, organiza en el campus de su universidad un concurso particular para atraer programadores para su nuevo proyecto (Facebook): expertos en computación debían resolver problemas a medida que iban ingiriendo bebidas alcohólicas. La competencia que ganaron tres semanas atrás en Marrakech, Marruecos, los argentinos Lucas Tavolaro Ortiz, Ariel Zilver y Melanie Sclar (el entrenador fue Agustín Gutiérrez) no exigía borrachera, pero la adrenalina corría con la misma intensidad que en la escena de la película. Los tres estudiantes de Exactas colocaron a la UBA en el primer lugar para América latina del Mundial de Computación, y en el puesto 18 en la clasificación general. Derrotaron a varias de las universidades más prestigiosas del mundo, entre ellas, Harvard, donde se educó Zuckerberg.
Tavolaro, el programador de 22 años se metió de lleno en una polémica con el rector de la UBA Alberto Barbieri. Como alumno de la facultad de Ciencias Exactas y como docente (da la materia “Algoritmos y Estructuras de Datos 1″), mostró días atrás su preocupación por que el incremento de presupuesto para Exactas en 2015 fue del 11%, menos de la mitad de la inflación real, y peligra el financiamiento de muchas actividades.
El estudiante y docente ya tiene experiencia en concursos de programación desde la secundaria, donde participó en varias Olimpiadas nacionales.
Dos meses atrás, los especialistas suecos de Hyper Island que vinieron a dar una clase maestra a Buenos Aires la recomendaron como una herramienta de productividad personal de altísima potencia.
Inteligencia artificial: ¿Serán reemplazados en el corto plazo los programadores por máquinas? Las fuentes consultadas para esta nota lo ven difícil. “Un buen trabajo de programación no se parece en nada a un trabajo en serie, o como se lo quiere asemejar a una línea de producción”, dice Naya. Y agrega: “Aunque también es cierto que hoy la programación tradicional sigue siendo una barrera para la innovación, por los altos requerimientos de conocimiento técnico previo. Hace tiempo que existe la idea de crear lenguajes de programación visuales, para que ‘cualquiera’ pueda programar. Existen nichos en donde esto es posible, pero aún no se masificó.”

Para Tavolaro Ortiz, la programación se convirtió en una disciplina trasversal a todo, con infinitas posibilidades y aplicaciones. Marcelo Rinesi, un científico de datos y miembro del Instituto Baikal, tiene una metáfora muy elegante para imaginarse un futuro complementario entre la capacidad analítica de las máquinas y la intuición y la creatividad de los seres humanos: el “ajedrez centauro”, donde compiten personas y computadoras en pareja contra otro grupo similar, y donde las partidas terminan siendo de un nivel muy superior a sus alternativas “no híbridas” (sólo de humanos o sólo de computadoras).
Te gustaría ver  el spot que apostaba por el estudiante argentino que le ganó a Harvard.
A escala americana, los estudiantes argentinos sólo fueron superados por los representantes de la Universidad de Berkeley y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), mejorando la posición de Harvard (19), entre otras instituciones educativas.

Las primeras 20 posiciones:



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